Se estima que existen casi 10000 especies de plantas crasas en todo el mundo. El grupo más numeroso es el de las cactáceas, procedentes del continente americano, si bien otras familias abundantes en suculentas son las euforbiáceas, crasuláceas, asciepiadáceas y aizoáceas.
Estas plantas se adaptan a vivir en secas condiciones semidesérticas mediante el desarrollo de tejidos para el almacenamiento de agua (lo que les confiere su apariencia hinchada y carnosa) y la reducción de la superficie de las hojas, estípulas o ramas que se transforman en púas protectoras contra animales depredarores.
En este Jardín de suculentas pueden verse alrededor de 2000 ejemplares, lo que representa una amplia selección mundial de especies crasas. Entre las más interesantes se encuentran Alluaudia y Pachypodium, ambas provenientes de Madagascar, isla en el Océano Indico; la colección tropical y subtropical de Aloe africanos, representada con más de un centenar de especies; el grupo de Euphorbia, que incluye táxones nativos de Canarias; las crasuláceas con especies pertenecientes a los géneros Echeveria, Crassula, Haworthia entre otros; y las asciepiadáceas con géneros como Stapelia, Caralluma, Huernia. No obstante, de todos ellos quizás los más espectaculares sean los grandes cactus en sus formas tanto de barril -tales como Echinocactus y Ferocactus, de origen mexicano- como en las de tubo de órgano -entre los que destacan los géneros sudamericanos Cereus, Myrtillocactus y Cleistocactus-. Muchas de estas plantas poseen grandes flores hermosas (Echinopsis, Borzicactus y Heliocereus), aunque algunas florecen de noche, como Selenocereus.
Entre los principales grupos de cactus en el Jardín, se encuentran las Opuntia o tuneras; la colección incluye ejemplares que rara vez pueden verse cultivados, tales como la especie endémica procedente de 1 as Islas Galápagos (Opuntia galapagea).
Otras raramente encontradas en jardines que pueden contemplarse aquí son Dracaena cien¡ y Ficus socotrana, oriundas de Arabia, o Euphorbia echinus del oeste africano (Marruecos), muy parecida a la especie endémica de Fuerteventura Euphorbia handiensis.
Las islas Canarias poseen su propia flora crasa natural que puede ser contemplada por cualquier viajero en el archipiélago, en tanto que el Jardín de suculentas nos permite ver a las plantas naturales canarias como parte del modo de adaptación de la naturaleza a los hábitats desérticos, por medio de modelos arquitectónicos vegetales que son similares en todo el planeta.