Proyectos Patrimoniales S.C.P.


 

 

Proyecto de investigación Histórico Arqueológico del Castillo de La Luz

 

La Investigación histórica-arqueológica.

Lleva quinientos años en pié, apostada en el extremo norte de la bahía de Las Isletas, fue construida  para proteger los barcos que fondeaban en lo que entonces era el principal puerto natural de la isla, pero también se levantó  para impedir que por sus remansadas playas desembarcara el enemigo.

Ahora esta antigua fortificación,  conocida más tarde como Castillo de Nuestra Señora de La Luz, se encuentra ciertamente fuera de contexto, separada del mar por la autovía marítima, rodeada de edificios y calles, por lo que apenas se distingue hasta que no estás muy cerca de ella. Y sin embargo era la primera obra humana que divisaban los marineros cuando doblaban la Punta  del Palo y enfilaban la bahía .Desde la explanada de artillería, esto es la azotea, hoy solo se vislumbra un trozo de mar, y cuando sube la marea, el agua ya no lame las paredes de la fortaleza.

Al norte apenas se distingue con claridad la cima del Vigía, la montaña más alta de las Isletas, desde donde primero recibía la fortaleza  aviso, mediante hogueras  y señales de humo, sobre los barcos enemigos que pasaban por el Confital, rumbo al puerto.

La historia de esta fortificación, sobre todo en lo referente a sus diferentes fases constructivas, está siendo desentrañada en base a los estudios histórico-arqueológicos que se vienen desarrollando desde el mes de noviembre del pasado año. Se trata de una intervención sin precedentes porque nunca hasta ahora, a pesar de las diversas y profundas reformas que se han llevado a cabo en este monumento histórico, se había tenido la oportunidad de actuar desde el punto de vista de la investigación arqueológica.

El hallazgo casual de una antigua muralla, que apareció en el interior de la fortaleza, sepultada bajo más de 2000 metros cúbicos de arena,  rodeando perimetralmente la antigua Torre, motivaría por una parte la intervención arqueológica,  y por otra el reformado casi total del proyecto original, con objeto no solo de salvar esta construcción sino además para hacerla igualmente visitable después de los trabajos de restauración a los que será sometida.

La muralla ahora exhumada se construyó entre 1548 y 1553 utilizándose un aparejo de piedra y mortero de cal y arena. Sus cuatro lienzos miden 18,30 metros de largo y alcanzan una altura máxima de 4,60 metros en el interior y 5,75 metros en el exterior, presentando un grosor medio de 1,73 metros.

Desde el punto de vista de la investigación arqueológica los trabajos se han centrado en contextualizar el hallazgo en el marco de la historia de la fortificación, porque si bien es cierto que existían documentos  antiguos que daban cuenta de las distintas fases constructivas de la fortaleza, incluido este primer baluarte, estos datos no fueron bien interpretados por los investigadores que se ocuparon de la historia del castillo, dando siempre por hecho que la única obra de fortificación que se llevó a cabo es la que hoy conocemos.

Este desconocimiento sobre la existencia de un antiguo baluarte que rodeaba la Torre primigenia, se  remonta en el tiempo afectando igualmente a los ingenieros militares enviados por Felipe II para que informasen sobre el estado de las fortificaciones de la isla, así como de los nuevos proyectos a realizar. Así en la primera traza  conocida de la fortaleza, realizada por Torriani en 1590, no aparece reflejada la muralla, tampoco lo documenta en 1595 su discípulo Próspero Casola, autor de una bella traza en perspectiva de la fortaleza, y quien fuera además testigo presencial de los ataques sobre el puerto efectuados por Francis  Drake en 1595 y Van der Does en 1599. Esta hecho histórico nos lleva a concluir que la fortaleza que participó en la defensa del puerto en los ataques antes referidos, es la misma que aparece reflejada en los planos de Torriani y Casola, y por tanto también la que se conserva actualmente. Este dato es de suma importancia porque inicialmente, cuando aparecieron los primeros lienzos de la antigua muralla, que presentaban evidentes señales de impactos de artillería que provocaron graves daños en los muros, se pensó que podrían ser los efectos de los ataques de 1595 y 1599.

Ante el hallazgo de esta antigua y olvidada obra de ingeniería militar, debemos deducir que la fortaleza de Las Isletas sufrió a lo largo de su historia importantes reformas y ampliaciones, obras que vendrían motivadas posiblemente por la necesidad de mejorar  y adecuar la fortificación ante las constantes guerras en las que se vio implicada España especialmente a lo largo de todo el siglo XVI.

Y es que las más importantes reformas que se llevaron a cabo en la fortaleza se realizaron a lo largo del referido siglo, coincidiendo además con un extraordinario avance en la ingeniería naval de guerra, con la fabricación de galeones que eran capaces de transportar no solo un número considerable de hombres sino además numerosas piezas de artillería de gran calibre y precisión.  Evidentemente la fortaleza principal de la Isla no podía resistir el embate enemigo con aquellas primeras defensas y por eso se rellenó levantando las murallas exteriores y cubelos hasta alcanzar la altura actual.


 

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Materiales

 

 

 

 

 

 

El Castillo de La Luz se encuentra en el sur de La Isleta en el Término Municipal de  Las Palmas de Gran Canaria

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

El Primera traza conocida de la Fortaleza realizada por Leonardo Torriani en 1590